Capadocia es un lugar perfecto para mayores y para pequeños. Sus increíbles formaciones rocosas, sus valles llenos de iglesias excavadas en la roca o sus ciudades subterráneas impactan a todos, da igual la edad que se tenga. Además, es una región con una naturaleza increíble donde comer encima de un río y recorrer un valle lleno de casas de palomas. Cualquier plan es perfecto para la familia en Capadocia.
Ruta en el valle de Ihlara
Este valle de 14 kilómetros de largo y más de 120 metros de profundidad es un cañón que guarda uno de los secretos más increíbles de Capadocia: más de 60 iglesias cristianas bizantinas excavadas en la roca y hoy en día abandonadas. Es una aventura muy divertida para los más pequeños recorrer la ribera del río buscando estos templos y contemplar sus pinturas sobre la vida de Cristo y otros santos. Además, en uno de los pueblos que da acceso a este valle, Belisırma, hay un restaurante levantado sobre el río y podemos comer pescado a la brasa mientras escuchamos el agua pasar por debajo de nuestros pies.
Montar en globo
Es la excursión más conocida de Capadocia y la más impresionante. Hay que tener en cuenta que sólo podrán subirse al cesto niños mayores de seis años, pero las vistas son tan increíbles que la familia no podrá olvidar el viaje. Si viajamos con menores de ese límite de edad, también podemos acercarnos a cualquiera de los miradores que hay alrededor del Valle de las Rosas, de donde parten la mayoría de los globos, para ver el espectáculo que supone cientos de esos aerostáticos volando al mismo tiempo.
Si vamos a hacer la excursión hay que recordar que la temperatura baja bastante en el cielo por lo que se recomienda llevar algo de abrigo.
Las ciudades subterráneas de Kaymakli y Derinkuyu
Kaymakli y Derinkuyu son dos de las ciudades subterráneas mejor conservadas que hay en la Capadocia. Aunque suene un poco claustrofóbico, la visita resulta muy sorprendente porque estas viviendas están bien aireadas e iluminadas. Estos pueblos bajo tierra surgieron en la época de los hititas para defenderse de los ataques de los extranjeros y tenían en su interior todo lo que podían necesitar para sobrevivir durante bastante tiempo: establos, tiendas, iglesias y hasta un bar. La de Derinkuyu es la más profunda que se conoce, con hasta 20 plantas hacia abajo, aunque ahora sólo se pueden visitar ocho.
Recorrer las Chimeneas de Hadas
Los valles de Capadocia están llenos de enormes figuras rocosas a las que la erosión ha dado formas caprichosas. Las más famosas y típicas son las chimeneas de hadas, es decir, columnas de piedra que acaban como con un tejado en su punto debido a que la roca, en esa parte, es mucho más dura y resiste más a la fuerza del viento.
La gente empezó a llamarlas así porque recuerdan a las chimeneas de las casas de los cuentos y ya han surgido historias y leyendas para justificarlo.
Pero no son las únicas formaciones que podemos encontrar en la región, también hay algunas curiosas en el Valle del Amor y en el Valle de la Imaginación.
Tours en vehículos todoterreno
Capadocia está lleno de montañas, valles, cañones y hasta antiguos volcanes. Un paisaje increíble para recorrerlo en vehículos todoterreno o en buggies que nos permitan entrar al interior de todas estas rutas mágicas.
La excursión con estos vehículos se suele centrar en varias zonas de la región a elegir y permite ver el paisaje desde otro punto de vista, desde el corazón de muchas zonas a las que sólo se puede llegar con este tipo de coches.
Seguro que los más pequeños no olvidarán esta aventura en un coche por mitad del paisaje casi lunar que supone Capadocia.
Comer un Testi Kebab
La gastronomía regional de Capadocia está llena de platos increíbles y con mucho sabor que seguro que gustará a los más pequeños. Uno de los más destacados, tanto por la importancia que tiene para los turcos como por lo sorprendente de su presentación, es el Testi Kebab. Lejos de la imagen que tenemos nosotros del kebab se trata de un guiso de carne en una cazuela de barro que se tiene que romper justo cuando se sirve para poder disfrutar de la comida. Seguro que los niños quieren repetir una y otra vez este contundente pero riquísimo plato.
Castillo de Uchisar
Es una de las formaciones rocosas más altas de Capadocia por lo que las vistas desde esta fortaleza son impresionantes. No se trata de un castillo tradicional, sino que es una roca en la que se han excavado estancias que están conectadas por diferentes túneles. Hay que subir unos 120 escalones para llegar a la cima y descubrir lo que veían los soldados que estaban destinados aquí para avisar de la llegada de ejércitos enemigos por las llanuras que lo rodean.
Estas viviendas en la roca fueron habitadas hasta 1960, cuando ya se instauró el castillo como un monumento para ser visitado.
El Museo al Aire Libre de Goreme
Este es un lugar mágico, espiritual, lleno de paz y arte que no olvidarán los más pequeños. Se trata de un complejo religioso donde vivieron miles de monjes en edificios excavados en la roca en los siglos XI y XII y donde cada comunidad tenía su propia iglesia.
Hoy, estos templos cristianos bizantinos cuentan con los frescos religiosos más importantes de la región donde se narran escenas de la vida de Cristo o de algunos santos.
En este complejo de un kilómetro y medio también podemos encontrar otras estancias como comedores, viviendas y hasta un convento que sirvió de escondite a unas 300 monjas.